El sábado por la noche, M.C., vecina de Molina,
estaba que se salía. En su cabeza tenía claro terminar la noche en el bar Moss y lo que saliera después.
Alrededor de las 3:00h, su mejor amiga le dio la peor noticia de su vida:
“Nena yo me voy ya, no puedo más con los tacones”, a lo que ella respondió:
“Te lo pido por favor! hazlo por mí, por una vez, la vida son dos días, carpe diem ¿y si mañana no estamos?, etc. etc.
Finalmente, fuera de sí, cogió el cuchillo de cortar limón de la barra del bar y se lo clavó sin pensarlo. Afortunadamente la gomaespuma triple del sujetador evitó la tragedia.