El sábado por la noche, tras la cena de Nochevieja, A.G., vecino de Molina, descubrió que su hermano había olvidado su teléfono móvil en su casa.
Tuvo esta idea, digna de Albert Einstein:
Enviarle un whatsapp.
“No te preocupes, tengo yo tu móvil, te lo has dejado aquí”.
Y se quedó tan contento.
Mientras tanto, su hermano, lleva toda la semana buscando su teléfono.