Antonio, vecino de Molina, vivió toda su época
de estudiante convencido de que los profesores le tenían manía, por eso nunca hacía los deberes como venganza.
Una vez sacó un cero en un examen porque
según él, la profesora le tenía manía y no aceptó “diabetes” a la pregunta de “Pedro tiene 50 caramelos y se come 40, ¿qué tiene ahora?
El pobre, cada vez que se cruza a un Profesor
por el Paseo Rosales, se cabrea y acaba
hablando solo y diciéndose... “me tienes manía
¿nooo?, si te cojo te reviento!”
Todo nuestro apoyo para Antonio.