Tú esperando a un comercial y nada más abrir la puerta, “Los peces en el río” así a la fuerza y de sopetón.
Llaman al portero haciéndose pasar por comerciales y tapan la cámara con una bandurria, a continuación, el barítono del grupo
pone voz de técnico de gas para que no sospeches y le abras, una vez en tu puerta, se preparan todos y llaman al timbre. Al abrir te encuentras sin quererlo a un grupo de tunos dispuestos a soltar todo su repertorio.
“Como me tocaba inspección, los dejé subir sin sospechar nada. Al abrir me encuentro a ocho tíos con barba cantando y yo con las legañas. Al final eran majos y los tuve que dejar pasar. Se comieron todo el turrón de Suchard y se bebieron tres botellas de vino” Nos contaba una vecina del Paseo Rosales esta mañana.
¡Mucho ojo!