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lunes, 6 de noviembre de 2017

Un chico de Molina de Segura ha vendido un riñón para cumplir con todas las bodas de sus colegas

Sergio, un joven de Molina, tiene la friolera de doce bodas a la vista y, después de hacer cálculos, no ha tenido más opción que vender un riñón para poder disponer de efectivo y evitar así, quedar como un mal amigo.

“Llega una edad en la que de golpe, les pasa algo y todos se quieren casar. El baremo de los regalos sube cada año más que la prima de riesgo y eso sin contar que al abrir la invitación, te aparece con disimulo una tarjetica enana con la cuenta bancaria, que dan ganas de decir: ¿Pero es tanto diseño, tanto papel bonico y tanto sobre gigante, para camuflar ahí la tarjetica? eh? Entonces ¿me invitas o no me invitas?”

Sergio nos comenta que vender el riñón era la única salida que veía ya que ha tenido que comprarse cuatro trajes para ir intercalando y que le de tiempo a llevarlos a la tintorería y recogerlos de nuevo. Además, nos dice que ha ingresado dinero en las doce cuentas corrientes y también ha pagado las doce despedidas de soltero.

"Lo que más me jode es que luego me pongo ciego en el aperitivo y ya no como ná en toda la boda" Nos comenta Sergio mientras se pone la mano dónde antes había un órgano.