¡Por fin tenemos cines! ¡qué alegría!,
si no fuera porque ya están casi igualados
los precios de los langostinos con
los de las palomitas grandes.
Un vecino nos contaba “Ha sido increíble,
he visto a una chica recoger las palomitas que
se le caían al suelo y mirando a uno y otro lado
con cara de leona por si alguien se las robaba”
En los nuevos cines, si entras a la sala con palomitas la gente te mira criticando y murmurando, como diciendo, mira esos putos
ricos.
El ayuntamiento está ya estudiando la manera
de ofrecernos microcréditos a los vecinos de
Molina para que todos podamos comer palomitas
y pagarlas en cómodos plazos.
Cosas de Molina.