No había forma de soltarlo, no se ha visto en otra este hombre.
Mientras, su mujer ha tenido un ataque de risa.
“A estas alturas no querréis que me ponga celosa. Dejadlo que disfrute a ver si hay suerte y le dura el calentón hasta que lleguemos a casa, que ya toca”
Han tenido que intervenir cuatro municipales y un negociador de la policía nacional hasta que el hombre ha cedido.
¡Qué sería Molina sin los carnavales!